La entrevista es el momento crucial y clave de todo el proceso de selección. No basta con que tengas un currículum perfecto, una trayectoria impecable y una formación excelente. Todo esto se echa a perder cuando llegamos a la entrevista y no sabemos transmitir cuánto sabemos, porqué nos motiva formar parte de esa empresa o cometemos errores en nuestro discurso o en cómo lo decimos.
Hoy os expongo los típicos fallos que suelen cometer los candidatos y que a un entrevistador le cuesta digerir.
1. Escasa preparación de la entrevista.
Prepararse la entrevista de trabajo es una tarea imprescindible para realizarla con éxito. Para ello, si te citan a una es importante que te informes de la empresa, conozcas el perfil de la persona que te la hará (por ejemplo buscándola por LinkedIn), repases el contenido de la oferta que publicaron, escribas cómo vas a defender aquellos aspectos de tu currículum que pueden generar dudas (rotación excesiva, baja voluntaria de algunos trabajos, periodos de inactividad, estudios sin finalizar, etc.), te prepares qué vas a decir cuando te pregunten acerca de tus puntos fuertes y áreas de mejora.
2. Falta de claridad en el objetivo profesional.
"Yo lo que quiero es trabajar, me da igual de lo que sea". Es una frase bastante típica de algunos postulantes y a la vez desafortunada puesto que no indica un interés acentuado en esa posición y en esa empresa, si no que parece que al candidato le resulta indiferente ser entrevistado por la empresa X para una posición que por la empresa Y para otra posición diferente.
Aunque tengamos urgencia y sintamos angustia porque no encontramos un empleo y te encuentres en un punto que te es indiferente de qué trabajar, es fundamental controlarlo en la entrevista.
3. Contradicciones en el discurso.
En ocasiones debido a que se quiere ocultar información al entrevistador, "maquillar" aspectos que no interesa explicar o creer que nos va a perjudicar o por falta de preparación podemos llegar a decir información contradictoria. Cuando ocurre esto es muy fácil que el entrevistador se percate y perciba que el candidato no está siendo sincero y que está ocultando algún tema que se le escapa.
4. Falta de motivación hacia el puesto y la empresa.
Uno de los aspectos más relevantes en el momento de decidir qué persona seleccionar es el grado de motivación e interés que el aspirante ha manifestado durante el proceso de selección. No demostrarlo no agrada.
El seleccionador nota nuestra motivación más allá del discurso que emitimos en factores de nuestra comunicación no verbal como la sonrisa, abrir más los ojos y la entonación que utilizamos. Como comenté en mi post La comunicación no verbal en la entrevista, el 55% de nuestro mensaje recae en nuestro lenguaje no verbal y solo un 7% en lo qué decimos.
5. Postura y gesticulación inapropiada.
Siguiendo con la comunicación no verbal, determinados comportamientos que solemos hacer en una situación que nos tensa ofrece una imagen desfavorable. Algunos de ellos son mecer la pierna, estar recostado hacia atrás en la silla, estrechar la mano con poca firmeza o evitar el contacto visual.
6. Emfatizar los defectos que uno tiene.
En mi trayectoria me he encontrado en muchas entrevistas que al preguntar por los puntos fuertes, me han explicado precisamente las debilidades. Todos tenemos defectos, es humano. El error radica cuando el entrevistado se regodea en explicar sus áreas de mejora o explica defectos que tienen un gran impacto en la correcta ejecución de un puesto de trabajo (por ejemplo un comercial que diga que es tímido).
Toda información negativa tiene que ser compensada con información positiva
Si te preguntan por tus puntos débiles, explica qué has hecho para mejorarlo y si de alguna manera te sirve positivamente para algo.