¡Bienvenido a la empresa!: la acogida

Estás buscando una nueva oportunidad laboral y por fin ¡encuentras lo que querías! Qué ilusión derrochamos cuando nos dicen que nos han seleccionado y que desencanto podemos sentir si la acogida que nos dan no es la que esperamos.

Probablemente más de uno, sabéis de lo que hablo y es que es vital que las organizaciones se preocupen de que las nuevas incorporaciones tengan un buen recibimiento en la empresa y es tan sencillo como tener presente unas simples pautas:

1. Informar al resto de trabajadores que habrá una nueva incorporación: Para muchos de vosotros, seguramente "ser el nuevo" no es plato de buen gusto. No cuesta nada informar al resto de empleados aunque sea por correo electrónico, que no nos ocupa más de cinco minutos, que tal día se incorporará tal persona en tal departamento y así evitar que en su primer día la gente le pregunte ¿y tú quién eres?

2. Tener el contrato listo: Un nuevo empleado no debería de empezar a trabajar sin previamente haberle explicado su contrato y las condiciones que incluye, y por supuesto que lo haya firmado.

Por varios motivos, primero puesto que me parece una cuestión de buenas prácticas dentro de nuestra área de recursos humanos. Segundo, porque debemos de velar porque los procedimientos se hagan bien y asegurando la legalidad, sin tener que temblar si se presenta una inspección de trabajo.


3. Disponer de las herramientas que necesitará: Bajo mi punto de vista, me parece fundamental que los recursos que necesita el empleado para la realización de su trabajo estén preparados cuando se incorpore.

Como anécdota, conozco el caso de un ingeniero informático que en su primer día de trabajo tuvo que montar él mismo su propio ordenador y ponerlo en marcha. Increíble, ¿no? La imagen que proyecta la empresa desde luego no es muy positiva.

Aspectos como el correo electrónico, contraseñas y permisos para acceder a los programas que requieran el desarrollo del puesto o que simplemente que el ordenador funcione correctamente y que el empleado tenga una silla que no esté rota son básicos.

4. Explicar el funcionamiento de la empresa: Es importante que el trabajador, a pesar de que forme parte solo de un área o departamento, tenga una visión global de la compañía, conozca a dónde va su trabajo, cuán importante es, cómo su trabajo interfiere en otros departamentos, cómo se interrelacionan las diferentes áreas y cómo todo ello desemboca en el éxito empresarial.

Para ello nos podemos apoyar en el organigrama, en ofrecer un recorrido al nuevo empleado por los diferentes departamentos de la empresa o a que un profesional de cada departamento le explique qué hacen.


En este punto es útil tener elaborado el Manual de acogida el cual explica las "normas" de la empresa como por ejemplo los horarios, el sistema de fichaje, reglas en cuanto al uniforme, etc.

5. Explicar el puesto de trabajo: Para ello es aconsejable que el trabajador tenga un tutor o que los miembros del equipo, previamente a la incorporación, se organicen de qué le formará cada uno.

Recordemos que aspectos tan simples como por ejemplo cómo desviar una llamada, cómo utilizar el fax o saber dónde está la máquina de café son desconocidos por el "nuevo".

Por otro lado, habrá que explicarle las funciones que hará y qué se espera de su desempeño.

6. Fijar un día un mes después de su incorporación para hablar con él/ella respecto a su evolución y ¡cumplirlo!: Cuantas personas empiezan, les ponen al pie del cañón y luego se olvidan de saber si están cómodos en la empresa, cómo se sienten en su trabajo, qué tal es la relación con sus compañeros y qué dificultades se están encontrando.

Recordemos que empezar un nuevo trabajo requiere de un periodo de adaptación y es bueno conocer cómo evoluciona el trabajador.