Ser
entrevistador no es tan sencillo como parece. Va más allá de sentarte con una
persona y hacer preguntas. Es un profesional con alta capacidad analítica, con
escucha activa, comunicativo, curioso y capaz de establecer relaciones
satisfactorias con los demás. También dispone de una serie de conocimientos
técnicos que son fundamentales, como por ejemplo el análisis de competencias.
Es una
persona capaz de detectar en poco tiempo si el aspirante que tiene delante se
adecúa no solo al puesto de trabajo, sino también al equipo en el que se
integraría, al futuro jefe que tendría y a los valores y cultura organizativa.
Además, es
importante que tenga en consideración una serie de sesgos que pueden alterar
las valoraciones de los candidatos.
Un error
común es el Efecto Halo, descubierto por Thorndike en 1920 cuando administró
test a oficiales del ejército para evaluar a sus soldados y observó que eran
valorados en términos de buenos o malos.
En el campo
de la selección de personal, este sesgo se comete cuando el entrevistador a
través de una característica positiva juzga cómo es una persona en su
totalidad. Un ejemplo sería que por el hecho de que un candidato sea atractivo,
piense que es inteligente, seguro y válido profesionalmente.
El Efecto
Horn, es justamente lo opuesto al anterior. Se produce cuando el seleccionador
hace un juicio global negativo de un candidato a raíz de algún aspecto o comentario
desfavorable que ha hecho.
Cuando el
técnico conoce a varios candidatos seguidos, puede caer en el error de
compararlos entre sí. Es el denominado Efecto Contraste. Es imprescindible que
el profesional valore el grado de ajuste de los aspirantes teniendo en cuenta
únicamente aspectos como la descripción del puesto de trabajo o las
habilidades, por ejemplo.
Los Efectos
de Primacía y de Recencia están relacionados con la memoria. En el primero el
entrevistador otorga mayor importancia a lo sucedido en el inicio de la
entrevista. Esto es un fallo, pues hay que tener en consideración que los
candidatos están más nerviosos al principio, por lo que la calidad de las
respuestas por lo general es peor al inicio y mejora progresivamente a medida
que se avanza en la entrevista. Por contra, el Efecto de Recencia concede mayor
importancia a la información obtenida al final del encuentro. Común en entrevistas
contundentes y largas.
Aspectos
relacionados con la comunicación no verbal como asentir con la cabeza, no mirar
a los ojos o sonreír, condicionan al candidato (Efecto Greenspoon).
En nuestra
vida personal, nuestra pareja o amistades, las hemos escogido porque
compartimos aspectos en común y se asemejan a nosotros, ya sea por la forma de
pensar, hobbies, etc. Lo mismo sucede en la entrevista. En el Efecto Espejo el
entrevistador prefiere a aquellos aspirantes que se asemejan a él ya sea por su
forma de actuar, de vestir o de pensar.
Por todo lo
comentado es importante que el entrevistador:
- Analice todas las características del aspirante.
- Procure ser objetivo.
- No se deje llevar por la primera impresión.
- Escriba y tome notas de lo que se dice.
- Tenga en cuenta que su conducta puede condicionar al otro.
- Empatice con el aspirante y entienda que una situación de entrevista de trabajo puede provocar nerviosismo.