“No sé qué hacer”, "¿y si no sale bien?", “ahora no tengo
tiempo”... ¿Te suenan estas expresiones? Antes o después estoy convencida de
que al menos una la has pronunciado en alguna situación.
Te despiertas, vas al trabajo, haces tus horas, regresas a
casa, preparas la cena y vuelves a dormir, y así día tras día. Llevas meses
haciendo la misma rutina, quejándote, sin avanzar profesionalmente, sin asumir
nuevas responsabilidades, haciendo un trabajo que no te llena y lo peor de todo
sin poner ningún remedio. Te sientes triste e insatisfecho.
Amig@, ¡es el momento de tomar las riendas y cambiar!
Bienvenido a la zona
de confort. Un espacio en el que estás cómodo, es predecible, no hay
cambios bruscos y está todo bajo control. Un espacio a la vez peligroso, pues a
veces te impide tomar decisiones y cambiar tu rumbo.
Lo fácil es mantenerte en tu zona de confort, el mérito está
en salir de ella
¡Déjate de excusas y atrévete!
Si sientes una sensación desagradable, de alerta y angustia es que el miedo te está haciendo una visita. Es
normal sentirse así, lo importante es saber sobreponerte a él. El miedo es un
sentimiento que te limita en el
momento de actuar y acompañado de pensamientos que no tienen fundamento alguno
(¿y si me equivoco?, ¿y si fracaso?) te impide avanzar. Imaginar es gratis, ¿no
es mejor visualizarte alcanzando tus objetivos?
Los límites te los marcas tú
Analiza qué te gustaría
hacer, planifica cómo lo vas a
conseguir y… ¡actúa! ¿Tu objetivo se
puede conseguir en tu empresa? Prepara un buen argumento e incluso una
propuesta y ¡habla con tu jefe! ¿Quieres trabajar en algo diferente? ¡Fórmate! ¿Tu
ilusión es ser tu propio jefe? ¡Emprende!
En mi experiencia he visto desde un gestor de clientes de
banca formándose para ser profesor de niños a una profesional de seguros crear
su propia empresa de organización de bodas.
No tienes porqué seguir haciendo algo relacionado con lo
que has estudiado o trabajado durante muchos años si no te ilusiona.
Perseguir tu objetivo a veces implicará tomar decisiones arriesgadas
como dejar un trabajo. Si en tu caso no es tan sencillo, estudia qué puedes
hacer ahora para aproximarte a tu meta. Por ejemplo, una persona que le gustaría
trabajar con niños, podría hacer un voluntariado.
¡Experimenta! Iniciar
nuevos proyectos te abrirá las puertas a aprender, a superarte, conocer gente
nueva y sobre todo a evolucionar.
Aprovecha las oportunidades que se
cruzan en tu camino.
Si te caes, habrás aprendido, cogerás fuerzas y te levantarás. ¡No lo dudes!
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”,
Albert Einstein