Has hecho tu currículum y te has inscrito a varias ofertas y
¡por fin! se produce la llamada telefónica para citarte a una entrevista. ¿Y
ahora qué?
La entrevista es
la parte del proceso de selección más importante, tanto es así, que la decisión
de elegir a una persona u otra se basa prácticamente en cómo el candidato la ha
afrontado.
Pero amig@, ¡no hay nada que temer! De hecho es el “examen”
más fácil de tu vida, ya que ¡la materia la conoces a la perfección!
Para preparártela te proporciono una serie de consejos.
En primer lugar, conoce
la empresa. Una de las preguntas más típicas que te pueden formular es ¿qué sabes de nosotros? Una respuesta
pobre perjudica gravemente tu candidatura, pues demuestra desinterés en la
organización.
Como anécdota, recuerdo una vez que me entrevistó una
empresa de automoción y nada más sentarme me preguntaron “Dime el nombre de un coche
nuestro”.
La información que necesitas la puedes encontrar a través de
su web, publicaciones que hacen en redes sociales, noticias de prensa y si
conoces a alguna persona que esté o haya trabajado recientemente con ellos
¡genial!
Además, es importante abarcar aquella información
relacionada con tu perfil. Una persona que trabaja en el área comercial es
imprescindible que conozca en la mayor medida los productos que tiene la
empresa, su nicho de mercado o sus planes de expansión, por ejemplo.
Seguidamente, debes de hacer un ejercicio de autoanálisis. Actualmente, el mejor
candidato es el que independientemente de tener una buena trayectoria y formación
ajustada a la vacante, dispone de unas habilidades
que le permiten desarrollar el puesto ofertado de una forma excelente. Algunas
competencias son la capacidad para trabajar en equipo, organización,
iniciativa, negociación o la orientación al cliente. Pregúntate, cuáles son tus puntos fuertes, qué es lo
que puedes aportar y qué logros has
conseguido en tu trabajo.
Por otro lado, échale un vistazo a tu currículum y analiza
aquellos aspectos que pueden producir desconfianza al entrevistador (carreras
inacabadas, alta rotación, periodos largos de inactividad, etc.).
En tercer lugar, infórmate
de quién te entrevistará. Visita su perfil en redes sociales. No es lo
mismo cuando te entrevista una persona de recursos humanos a tu posible futuro
jefe o el gerente. Adapta tu lenguaje y vocabulario a la persona que tienes
delante. Imagínate un ingeniero informático que ha trabajado como programador.
Si se muestra muy técnico en sus explicaciones, el profesional de RRHH es posible que no lo
entienda.
Otro aspecto relevante, es analizar la oferta de empleo. Mi recomendación es que de cada
requisito que solicitan para el puesto de trabajo, escribas los aspectos de tu
perfil que se adecúan. Lo mismo para las funciones. Lee atentamente cada una y
desarrolla qué funciones has realizado iguales o semejantes a las que explican.
Si hay algún aspecto que no cumples, estudia cómo lo vas a defender. Toda
información que en una entrevista pueda sonar negativa, compénsala con
positiva.
Por último, ¡cuida tu
imagen! Tu aspecto tiene que ir en consonancia al tipo de empresa a la que
te presentas. ¿Es lo mismo ir a una entrevista en una entidad bancaria a una
start-up? Claramente no. En la primera es recomendable presentarse con pantalón
de vestir, americana e incluso corbata. La start-up por lo general tiene un
look más desenfadado, por lo que en este caso la americana y corbata quizás no
es lo más aconsejable. En caso de duda, en mi opinión es mejor pasarse de ir
bien vestido a ir demasiado informal. Siempre estás a tiempo de retirar la
americana. Recuerda, ¡solo tienes una oportunidad para causar una buena
impresión!
Y ahora que lo tienes todo preparado… ¡a por todas! ;)